Hoy me considero una persona moldeable a las diferentes situaciones que la vida, en especial la laboral me presenta a diario. Por lo tanto diría que mi estilo de resolución de conflictos es probablemente una mezcla de todos, variando este, con base en la situación y el tipo de resolución de conflictos del opositor.
Soy colaborativa cuando mi opositor no impone sus necesidades. Si por el contrario la persona es dominante, no le gusta ceder, y este conflicto no representa un mayor problema para la compañía, me convierto en una opositora participativa, prefiero sacrificar parte de mi ganancia que entregar el poder. Me gusta ser complaciente cuando la situación lo requiere, cuando realmente creo que las necesidades del otro tienen mayor peso que las mías y además esta persona no es competitiva.
El ejemplo más frecuente es cuando negociamos los horarios semanales del trabajo. Para este caso he sido, desde evasiva hasta complaciente. Por ejemplo yo tengo permiso de mi jefe para estudiar 3 días por semana y trabajar de 8 a 4 pm, por lo tanto considero justo que el resto de los días los demás compañeros elijan el horario de su preferencia, aunque esto implique que yo trabaje hasta muy tarde.
Como información adicional quisiera compartir un juego que me pareció interesante sobre la resolución de conflictos. Se llama El Luego de la Resolución de Conflictos, Una Alternativa al Debate Tradicional, y se trata de que los participantes construyan sobre los puntos de vista de los demás y le añadan valor, en lugar de discutir sobre un tema con el propósito de refutar al oponente, como en el debate tradicional.